29 de noviembre de 2011

Otra mirada sobre Ceibal: "m'hija la tecnóloga"

Hay  muchas lecturas sobre el impacto social del plan Ceibal. Ésta me pareció interesante:

"Como eran fondos públicos había que justificar el gasto y por eso se apeló a la educación, integración social y otras causas loables. Pero, en el fondo, me gusta pensar que también lo hizo por el simple placer de "ver qué pasaba".

Es difícil saber qué consecuencias tendrá el plan Ceibal. Sabemos que no va a mejorar enormemente la educación pues, dado el estado que arrastra desde hace décadas –no pido disculpas por la sinceridad– hay que ser muy tonto o muy valiente para ser maestro hoy en Uruguay.

Mucho se habla –y con razón– sobre el rol de integración social que tiene el plan Ceibal especialmente en las familias más pobres. Sin embargo, creo que el mayor impacto será en integración de género. Los niños pobres son marginados por causas económicas, las niñas –pobres o ricas– lo son desde que nacen.

Desde niños, los varones somos mandones. Incluso cuando se comparte una computadora en el hogar, el varón es quien controla físicamente el aparato o quien dictamina la manera "correcta" de utilizarlo.

Pero eso se acabó. Porque ahora hay un laptop por niño y también un laptop por niña. Ahora las nenas tienen la chance de hacer lo que quieran con la compu sin ser juzgadas.

Muchas escolares ya tenían acceso a computadoras desde antes del plan Ceibal, pero nuestra cultura sigue viendo la tecnología como un espacio masculino. No en vano la canción del Cuarteto de Nos habla de "la Barbie de la nena y el Nintendo del varón".

Son muy pocos los países que se toman en serio el tema de género y tecnología. Durante los años que viví en Suecia y Dinamarca pude ver de cerca el impacto social que pueden tener  estas políticas de inclusión. Incentivar la ciencia y la tecnología en las niñas no es solamente un tema de justicia y de moral: es un excelente negocio para un país.

Un excelente negocio porque necesitamos más científicos y más tecnológos y el porcentaje de mujeres en estas áreas en muy inferior al de los hombres. Nuestra tradición humanista afrancesada nos hace sospechar de la tecnología, temiéndole por fría y mecánica.

No tiene por qué ser así. Es más, a riesgo de caer en estereotipos, me animo a decir que si algo puede contribuir a humanizar estas áreas es una mayor presencia femenina.

Tenemos un presidente que se dio cuenta que la plata no crece en árboles: se construye a través de inversión y de trabajo (y no calentando sillas en dependencias públicas).

Para tener justicia social hay que tener plata. Podemos tener todos los derechos inalienables y adquiridos, pero si el país no puede pagarlos tampoco puede seguir inventando impuestos.

Si queremos desarrollo, vamos a tener que hacer software, películas y videojuegos. Vamos a tener que diseñar máquinas, ropa y edificios. Vamos a tener que manipular ADN y moléculas. El Plan Ceibal es un primer gran paso hacia esto.

Las Ceibalitas no van a erradicar el machismo del Uruguay. Los varones seguimos siendo dueños de la pelota. Pero gracias a las computadoras, las niñas están descubriendo que hay otra cancha, muchísimo más grande que el Centenario y Maracaná juntos, donde se está jugando la economía y la cultura de este siglo.

Una cancha grande como el mundo, donde las nenas ahora tienen la llave para abrir la puerta para ir a jugar.
Gonzalo Frasca, Ph.D. 
Diseñador, Empresario e Investigador
Powerful Robot Games"
 
03/06/10

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