10 de octubre de 2011

Steve Jobs, para el mejor recuerdo.


Grande ha sido el impacto de la noticia, y ante la inundación de comentarios al respecto, me pareció prudente (y necesario) dejar pasar un tiempo para rendir mi homenaje a Steve Jobs.

Desde que vi y empecé a usar una Apple II allá por 1981 y me interesé por el origen de esa extraña máquina, la vida de Jobs ha sido una referencia, un permanente motivo de interés por el hombre y sus ideas. Su lucha por ellas, sus aportes tecnológicos y filosóficos han sido comentados y citados hasta el cansancio, pero no por ello dejan de ser importantes. Insistió en hacer lo que se ama, apostar a la innovación y la libertad para crear. Más allá del oportunismo del momento, la vida y obra de Jobs es un ejemplo de cómo el amor por las ideas puede más que el olvido.

Imposible olvidar la primera vez que vi a Lisa, o la primera vez que vi una Macintosh. Parecían salidas de un cuento de ciencia ficción, pero allí estaban, demostrando la importancia de realizar lo que se sueña. Porque además de visionario, Jobs fue un gran realizador. Y éste quizás ha sido su mayor aporte: realizar lo que otros solo imaginaban. Tenía una especial habilidad para reconocer las buenas ideas y supo rodearse de gente que les diera vida en productos donde el diseño era tan importante como la tecnología. Vio oportunidades donde otros no las veían y creó mercados que aún no existían.

Entre sus múltiples frases, rescato una que me parece fundamental:

"Recordar que moriré pronto constituye la herramienta más importante que hallé para tomar las grandes decisiones de mi vida. Porque casi todas las expectativas externas, todo el orgullo, todo el temor a la vergüenza o al fracaso desaparecen ante la muerte, quedando solo aquello que es realmente importante. Recordar que vas a morir es la mejor manera para evitar la trampa de pensar que tienes algo que perder. Ya estás desnudo. No hay ninguna razón para no seguir a tu corazón." 

Y si aún no lo vieron, les recomiendo ver este video sobre su discurso dirigido a los egresados de la universidad de Stanford en 2005.


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