22 de junio de 2010

Repetición en los liceos públicos

JUAN DUBRA para el diario "EL PAIS", Montevideo, UY

La educación es importante para los liceales, pero también para el país. A fines de abril, la vicepresidenta del Banco Mundial dijo que Uruguay debe mejorarla para ser competitivo. Asimismo, estudios recientes han identificado a la cantidad de graduados de secundaria que esperamos producir en el futuro, como uno de los principales cuellos de botella para seguir creciendo. La idea es que los sectores más dinámicos de nuestro país necesitan mano de obra calificada (piense en técnicos en informática trabajando en las zonas francas). Para aprovechar este dinamismo, precisamos seguir graduando liceales para que continúen con su educación. Las altas tasas de repetición y abandono, y la mala calidad de la educación pública, frenarán el crecimiento.

El anuario estadístico del MEC del 2008 muestra que sólo el 68,1 % de los jóvenes de entre 17 y 18 años había terminado tercero de liceo, y que sólo el 37% de los de 22 años había culminado bachillerato. Por otra parte, las pruebas PISA 2006 mostraron que 46% de nuestros estudiantes de 15 años está por debajo del umbral de alfabetización, y que además el 46% no llega al umbral de competencia en matemática. Esto es en parte por los incentivos: en 2008 quedaron sin dictar casi el 15% de las clases en los liceos públicos, mayormente por faltas docentes. Ese número subestima las faltas, ya que algunos directores de liceos no reportan todas las faltas docentes. Hay gente muy buena que sale hoy de liceos públicos, pero estos resultados promedio son malos.

Para ilustrar el problema de la calidad podemos citar, en vez de los resultados, qué elige la gente. El semanario Búsqueda publicó hace algo más de un año que aunque 85% de los uruguayos obtiene una educación pública, sólo 36% de los legisladores y ministros había elegido la educación pública para sus hijos.

INCENTIVOS

El deterioro en la educación secundaria no es causado únicamente por la falta de incentivos a profesores y directores de liceos, pero es un factor importante. Como es difícil despedir, las amenazas no funcionan y como los sueldos no responden a buenos resultados, las promesas tampoco. Para peor, Secundaria está manejada por una corporación que no tiene interés en cambiar. Cuando se opina desde afuera dicen "nosotros somos los expertos: la cosa va mal por el bajo presupuesto". Si subiera mucho, eventualmente ingresarían mejores profesores; pero aumentos presupuestales sin incentivos no han mejorado los resultados.

Dos formas en que se ha propuesto dar incentivos son:
  1. medir de forma homogénea los resultados académicos de los liceos (con una prueba estándar o comparando tasas de repetición) y hacer que afecten los sueldos docentes.
  2. dar libertad de elección a los jóvenes sobre a qué liceo asistir y hacer que los sueldos dependan del número de alumnos que eligen cada liceo. En teoría, los alumnos elegirían los mejores liceos, y sólo se necesitaría ver cómo evalúa la gente a cada liceo.
Para introducir cualquiera de estos métodos hay que considerar factores que afectan el rendimiento, o lo deseable de un liceo, pero que no tienen que ver con el esfuerzo ni la capacidad del cuerpo docente. Por ejemplo, los liceos de barrios pobres tienden a tener rendimientos menores que los de barrios ricos, independientemente de la calidad de los directores. De todas maneras, que sea difícil implementar bien estos planes, no quiere decir que sea imposible. Ambos métodos se han adoptado con éxito en otros países.

Aunque sería interesante ver planes piloto que evaluaran estos sistemas, siendo realista uno se da cuenta que no sucederá en el corto plazo. Uno de los problemas es que el gremio docente se opondría a este tipo de reforma. Sin ir más lejos, durante la administración pasada, el gremio docente se opuso a algo tan natural como que los aumentos salariales fueran en forma de premios por presentismo. Sin embargo, hay cosas sencillas que el gobierno puede hacer, sin tener necesidad de aprobación del gremio, y que mejorarían la situación actual.

ANTECEDENTES. 

Antes de hacer una propuesta concreta, presentaré antecedentes de dos casos que son relevantes. Hace algunos años el organismo encargado de "Bromatología" en Los Angeles le otorgó a cada restaurante una calificación de A (la mejor) a D (la peor) por su higiene y le dio un cartel con la nota obtenida. No había necesidad de exhibirlo. Como predice la teoría económica, muy pronto todos los restaurantes, excepto los que habían obtenido una D, tenían en exhibición en la entrada la nota obtenida. Aún los que habían obtenido una C, una nota relativamente mala, lo informaban. La idea es que los que tenían A lo iban a mostrar. Pero si sólo los A lo dieran a conocer, los consumidores que no vieran un cartel pensarían "este restaurante puede ser B, C o D", por lo que a los B les convendría mostrar que en realidad son B y no peores. De la misma manera, no es un equilibrio que sólo los A y los B exhiban sus notas, porque en ese caso exhibir una C sería provechoso.

Más importante aún es que muy pronto mejoró notoriamente la higiene de los restaurantes. Como la calidad de la higiene era pública, y los consumidores preferían locales más limpios, todos los restaurantes se esforzaron por obtener una nota más alta. Así, una política sencilla de proveer información resultó en mejoras notorias en una dimensión importante del rubro.

El segundo antecedente fue documentado en "Political and Economic Incentives during an Anti-Corruption Crackdown," de Rafael Di Tella y Ernesto Schargrodsky. En 1996 el Secretario de Salud de Buenos Aires decidió publicar cuáles de los 33 hospitales manejados por el gobierno de la provincia habían pagado los precios más altos por una lista de insumos estándar (alcohol, suero, etc.). Aunque no hubo una amenaza explícita, el subtexto era que los que más pagaban eran los que estaban recibiendo las coimas mayores. En un par de meses los precios cayeron 12,3%.

PROPUESTA. 

Nuestro gobierno podría informar ampliamente las tasas de repetición y/o los resultados académicos de cada liceo público en Uruguay. No sugiero que la paga dependa de estos resultados, pero el caso de los hospitales en Argentina muestra que aunque no haya un premio o castigo inminente, la diseminación de información puede contribuir a mejorar los resultados. La idea no es estigmatizar a los liceos malos, sino inducir a todos los directores y profesores a realizar un mayor esfuerzo.

Si se sospechara de fraude (por ejemplo, directores bajando los estándares para que su liceo mejorara sus estadísticas) se podría cotejar la información de los liceos con (por ejemplo) la performance de los estudiantes en sus estudios universitarios, o en las pruebas PISA.

Es cierto que hay muchos profesores muy buenos y trabajadores. Pero también es cierto que la gente responde a incentivos y que como en el sistema actual no se incentiva el esfuerzo, hay poco esfuerzo en promedio, y eso se refleja en los magros resultados de los liceos y en el ausentismo de los profesores.

Los incentivos no son todo, pero ya hemos visto que aumentar el presupuesto no mejora los resultados. La propuesta es muy barata, y aunque no tuviera efecto sobre el esfuerzo o las tasas de repetición, sería una medida justa, ya que mejoraría la información con la que contarían los padres al elegir un liceo para sus hijos. Hoy ya eligen al dar una dirección cercana al liceo que quieren, aún sin vivir en esa dirección, o al optar por un liceo privado. Esto los ayudaría en su elección.

Quizás la propuesta agravaría un problema que ya está presente: si un liceo es malo, los padres responsables hacen lo posible por evitarlo, y eso empeora la calidad del liceo, porque los hijos de padres responsables tienden a ser buenos estudiantes. Al hacer pública la tasa de repetición de un liceo, podría pasar que los liceos que tenían una reputación mejor que la que merecían sufrieran un éxodo de buenos alumnos, empeorando aún más la calidad del liceo. No me parece un problema grave. No hay que estropearle el futuro a un estudiante potencialmente bueno con un engaño (el liceo tenía una reputación mejor que la que merecía) o por el hecho que los profesores no tengan incentivos a esforzarse. Es más natural ocuparse del problema de fondo, mejorar el esquema de incentivos, y mejorar la educación en los peores liceos.


2 comentarios:

  1. Buen post, estoy de acuerdo contigo aunque no al 100%:)

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  2. Buen articulo, estoy de acuerdo contigo aunque no al 100%:)

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